1.- No tener bigote. Cada vez veo a más madres con bigote, y no
pelusilla inofensiva -en realidad ninguna pelusilla lo es- sino mostachón de
señor con puro. Un drama. Y no las juzgo, dios me libre, que las criaturas
igual no se miran al espejo desde 1997, pero dado el grado de 'personalidad'
que han adquirido mis cejas a lo señor jubilado de pueblo, que ya ni se me ven
las pestañas, no me extrañaría que la cosa fuera a más. De la barba, de
momento, nos libramos. No sé por cuánto tiempo, la verdad.
2.- Gritar menos. O menos veces o menos alto. O insonorizar
las paredes para que nadie descubra que aunque tenga un bolso nuevo de Bimba y
Lola fabuloso y lea la Vogue con un cóctel, soy una verdurera con altas dosis
de agresividad, de ésas que cuando salen a matar gente en camisón, los vecinos
cuentan en el telediario que saludaba y eso pero que normal, normal no era y
que lo cierto es que se lo veían venir.
3.- Dormir. Aunque sea contra el quicio de la puerta fingiendo meditar cual monje
tibetano o en la parada del autobús con la frente en el regazo de la paraguaya
que cada mañana se bebe dos litros de mate como si acabara de llegar del
desierto. La cuestión es recuperar tersura epidérmica y ganas de vivir.
4.- Exorcisar a Cigoto aunque tenga que revivir al
padre Karra e invitarle a una mariscada. Que salvarle la vida al pequeño
Nicolás cada tres segundos, me deja al borde de la muerte por estrés y con el
tic del ojo hiperdesarrollado. Eso sin contar la de kilos de harina, arroz,
lentejas y sucedáneos que llevo barridos. Como tengo yo la espalda.
5.- Leer. Algo más que el prospecto de los medicamentos. Y
lo que es más importante, enterarme de lo que estoy leyendo. Que luego una dice
que se ha leído lo nuevo de Muñoz Molina, le preguntan que de qué va y parece
una concursante de Mujeres y Hombres y Vicerversa queriendo hacerse la
cultivada.
6.- Hacer deporte.
7.- Dejar de fingir que voy a hacer deporte.
8.- Tener un tipazo.
9.- No comer Oreo bañadas en chocolate cuando me deprima por no tener un
tipazo. Y sin bañar tampoco.
10.- Ser feliz. Y me temo que será el único punto que
cumpla. Otra vez. A fin de cuentas, es de lo que se trata ¿no? Pues eso!
¡Feliz año 2015!
¡Feliz año 2015!
... Y bueno, ¿cuáles son los vuestros?